Richard Patacón
Poder acceder al agua de manera segura y permanente en cuanto a cantidad
y calidad para cubrir necesidades humanas básicas, constituye hoy en día un
reto para distintos grupos humanos o poblaciones a nivel mundial. Es un hecho,
y hasta ahora inevitable, los efectos que el cambio climático ejercerá sobre
los procesos naturales del agua. Los cambios que se producirán en el ciclo
hidrológico de acuerdo con los últimos informes de las Naciones Unidas impactarán
significativamente en una disminución de la cantidad y calidad del agua que
consumiremos en el futuro. De acuerdo con los datos que aportan estos informes,
hay en el mundo alrededor de 2200 millones de personas que no están en
capacidad de acceder al agua potable y se estima que 4200 millones no cuentan
con sistemas para el tratamiento de agua servidas.
Fundación Tierra Viva | Construcción de dique artesanal en caserío La Seca, mayo 2020 |
Las metas propuestas por la Agenda 2030 de la Naciones Unidas contempla
dentro de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), el acceso pleno de la
población mundial al agua potable y saneamiento de la misma. Estos objetivos, evidentemente,
estarán sujetos a inminentes y severos obstáculos para alcanzarlos, sino
mitigamos en buena medida los efectos del cambio climático.
Fundación Tierra Viva a través del proyecto Aqua, en el marco de este
fenómeno ambiental a escala planetaria, viene trabajando con las comunidades de
la cuenca de Canoabo en el desarrollo de capacidades para el manejo sostenible
del agua. Los programas formativos y las acciones locales que se han
desarrollado hasta el momento, se han orientado a fortalecer la capacidad de
resiliencia de estas comunidades ante los eventuales cambios ambientales que
puedan producirse y que afecten la disponibilidad y calidad del recurso.
El proyecto se ha enfocado principalmente en dos áreas de trabajo: por
un lado, en explorar y afianzar el conocimiento local sobre las partes
constitutivas, funcionamiento y mantenimiento de la infraestructura
(acueductos) que les permite tener acceso al agua de consumo de su sector, y
por el otro, sobre el origen o producción del recurso, para lo cual ha sido
necesario trabajar con los conceptos de cuencas, el funcionamiento de las
mismas, su protección y/o conservación, así como algunas acciones para su
recuperación o restauración, creando situaciones de aprendizaje en cada localidad
en las técnicas de reforestación, manejo sostenible de los sistemas agroproductivos,
preservación de la cobertura vegetal existente y belleza escénica. Esta última se
puede considerar como un potencial para generar actividades económicas
amigables con el ambiente, como el ecoturismo.
El trabajo a nivel de las infraestructuras de captación y distribución
de agua se dificulta en estas comunidades rurales por las características y
variabilidad de las mismas. Estos sistemas pueden agruparse en dos tipos:
acueductos diseñados y construidos por las instituciones del estado y aquellos
de tipo artesanal construidos por las propias comunidades. De un total de 10
acueductos (Ver cuadro Sectores atendidos por acueductos), sólo dos han sido
construidos en su totalidad por instituciones del estado; dos, tienen
intervención institucional parcial, principalmente en la construcción de las
cajas de agua; el resto (seis), son construcciones artesanales realizadas por
la misma comunidad. Esto implica que alrededor del 80% de la infraestructura de
distribución de agua de la cuenca carece total o parcialmente de un diseño de
ingeniería adecuado, y no tiene alguna institución responsable de su
administración y mantenimiento. Si bien individualmente no son sectores de alta
concentración poblacional, en su conjunto, sin embargo, representan el 40% del
total de la población.
Las acciones locales más importantes del proyecto se han desarrollado en
los acueductos artesanales por tener estas mayores deficiencias y por ende
mayor prioridad; sin embargo, el alcance de las obras y beneficios se ha
extendido a casi todas las infraestructuras, dado el nivel de desatención que
existe. Comunidades como La Seca, Pueblo Nuevo, Guineo, Naranjo, Canoabo, entre
otras, han realizado mejoras en sus respectivos acueductos que van desde la
construcción de pequeños diques, ampliación de la capacidad de almacenamiento,
hasta la recuperación o reemplazo de los sistemas de distribución (tuberías).
Entre los avances más significativos hasta el presente, destaca el trabajo
colectivo o autogestionario de las comunidades, mediante el cual se ha logrado
acometer importantes intervenciones para mejorar los acueductos locales con el
uso de modestos recursos. Asimismo, la creación de grupos o brigadas en los
distintos sectores que en un comienzo tenían como objetivo el mantenimiento y
cuidado de los acueductos, hoy en día, a través del proyecto, han ampliado sus
acciones hacia la conservación ambiental de sus localidades. Estos grupos están
incorporados en las tareas de construcción de viveros comunitarios,
reforestación y preservación de las áreas naturales como acciones claves para
la preservación de los recursos hídricos de su localidad.
En el área formativa se han desarrollado una serie de talleres cuyos
objetivos persiguen lograr que las comunidades puedan interiorizar el concepto
de sustentabilidad, no solamente en el aspecto teórico, sino también desde el
punto de vista operativo, es decir, qué medidas o acciones pueden emprender las
comunidades para mejorar el manejo de las áreas naturales de su sector a objeto
de garantizar la sostenibilidad del recurso. En este sentido, el desarrollo de
actividades prácticas como los diagnósticos de recursos naturales mediante
recorridos o transectos, la construcción de viveros forestales comunitarios, la
reforestación de áreas cercanas a los acueductos y practicas agroecológicas para
conservación de suelo, han permitido capacitar a los usuarios locales, brigadas
y escolares mediante la estrategia de aprender haciendo.
Las tareas futuras están enmarcadas en dar continuidad a las actividades
de capacitación de las comunidades para que se apropien de las herramientas
organizativas necesarias, hacia una gestión que debe estar orientada a trabajar
en corresponsalía con los organismos del estado, pero que de no ser así, sin
embargo, permita el manejo del agua de manera equitativa, solidaria, que genere
o estimule la participación de la comunidad en la toma de decisiones y en el
cuido y preservación de los recursos
hídricos, así como la preservación y el mantenimiento de la infraestructura que
permite su captación y distribución.
Todas estas acciones han sido posible, gracias a la
participación del Voluntariado Aqua que participa en los equipos comunitarios
Brigada de Agua Dulce, Brigada Manantial de Vida, Viveristas de Naranjo,
Brigada Agua Clara, Brigada San isidro, AUPALMIVEN y actores locales que han
brindado su apoyo destacándose FUNDACANOABO, Consejo Comunal Los Naranjos,
Ecosenderos, Iglesia Luz y Vida, Iglesia la Asamblea de Canoabo, Asociación de
Productores Agroecológicos de Las Garcitas, Unidad Productiva La Trilla,
Chocolatería Valle de Canoabo y la Posada Ecológica Casa María.
El proyecto AQUA es cofinanciado por la Unión
Europea y ejecutado por Fundación Tierra Viva en alianza con Acción Campesina y
Redsoc.
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